1194 - Ezequiel 34-35. Juicio a los rebeldes. Ez 34:1-2

Descansando en Dios - Un podcast de Francisco Atencio

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1194 – Ez 34:1-2 – Ezequiel 34-35. Juicio a los rebeldes.Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños?El primer paso para la restauración de Israel es una renovación nacional. Israel como nación “murió” cuando fue llevada en cautiverio. Su tierra y templo fueron destruidos y sus reyes, destronados. Sus enemigos triunfaron. Sus falsos líderes desviaron al pueblo y sus vecinos externos profanaron y diezmaron la tierra. Para que Israel pudiera experimentar nuevamente la bendición de Dios, tenía que “nacer de nuevo” como nación. Una nueva vida para Israel (Ez 33-39): Ezequiel con su nueva comisión de atalaya traerá como mensaje central la restauración de la nación (Ez 33). Pasos previos a la restauración: Los líderes falsos serían reemplazados por el verdadero pastor que guiará a su pueblo (Ez 34). Los enemigos externos (simbolizados por Edom) serían castigados (Ez 35). La gente sería restaurada a su tierra y a su Dios (Ez 36–37). Su seguridad está garantizada por el mismo Señor (Ez 38–39). El nuevo orden para Israel: El milenio (Ez 40–48). Dios promete: “Y estableceré con ellos pacto de paz, y quitaré de la tierra las fieras; y habitarán en el desierto con seguridad, y dormirán en los bosques.” (Ez 34:25).I. Cambio de falsos pastores por el verdadero pastor (Ez 34:1-31). Dios comisiona a Ezequiel a profetizar contra los pastores de Israel. Era común que a los reyes se les llamara pastores (Sal 78:70-72; Is 44:28; 63:11; Jer 23:1-4; 25:34-38). Ellos debían ser líderes fuertes y cuidadosos que apacentaran a la nación como a un rebaño. Ezequiel explica los pecados de los pastores (Ez 34:1-6) y luego su juicio (Ez 34:7-10). Pecado de los pastores actuales (Ez 34:1-6). Su primer pecado fue poner sus propios intereses por encima de los del pueblo (Ez 34:2-3). Los líderes de Israel no servían a sus ovejas. ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! Los reyes de Israel se habían enriquecido a expensas de la gente común. (Jer 12:10; 23:1; Miq 3:1-3; Sof 3:3-4; Jn 1:12; 2Pe 2:3). El segundo pecado de los líderes fue el trato áspero que daban al pueblo. El pastor debía dirigir a sus ovejas hacia el alimento, protegerlas de los ataques, curar a la enferma y buscar a la descarriada. Pero ellos se enseñorearon de la bondad del pueblo con dureza y con violencia. (1Pe 5:2-4). Su tercer pecado fue el evidente descuido de la gente. Le permitieron andar perdida y no la buscaron (Ez 34:5–6). Pablo nos exhorta a cuidar la grey, el rebaño de Dios: “Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno.” (Hch 20:29-31). Juicio a los pastores actuales (Ez 34:7-10). “Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra los pastores; y demandaré mis ovejas de su mano, y les haré dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores se apacentarán más a sí mismos, pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les serán más por comida.” (Ez 34:10).