1852. Caso real. La paciente con autosaboteaje.

Comiendo con María (Nutrición) - Un podcast de María Merino Fernández

Paciente con sobrepeso persistente a pesar de un estilo de vida saludableHistoria clínica:Una paciente de 35 años acude a consulta preocupada porque, a pesar de seguir una dieta equilibrada y realizar ejercicio regularmente durante el último año, no ha logrado perder peso. Ha probado varias estrategias dietéticas, como reducir el consumo de carbohidratos y aumentar la ingesta de proteínas, y realiza ejercicio cardiovascular con frecuencia. Sin embargo, los resultados han sido mínimos y ha llegado a un punto de estancamiento. No presenta problemas de salud relevantes y sus análisis clínicos, incluidos los estudios de tiroides y metabolismo, son normales.Examen físico y datos generales:Altura: 1,65 mPeso: 75 kgÍndice de masa corporal (IMC): 27,5 (sobrepeso)Masa muscular: adecuada para su nivel de actividad física.Consulta dietética:Durante la evaluación de sus hábitos alimenticios, la paciente menciona que cocina en casa y sigue lo que considera una dieta saludable. Sin embargo, al revisar sus elecciones alimentarias más de cerca, se identifican tres alimentos que ella considera inocuos, pero que están contribuyendo significativamente a su ingesta calórica diaria:Queso en grandes cantidades: La paciente tiende a añadir queso rallado de forma generosa a muchos de sus platos, especialmente en las pastas y en cremas de verduras. Aunque cree que es solo un pequeño toque de sabor, se ha estimado que está consumiendo unos 100 g de queso al día, lo que equivale a unas 400 calorías adicionales.Aceite de oliva en exceso: Aunque el aceite de oliva es una grasa saludable, la paciente lo utiliza en exceso tanto para cocinar como para aderezar ensaladas. Al medir las cantidades, se descubrió que estaba usando alrededor de 6 cucharadas al día, lo que sumaba unas 700 calorías extra a su dieta diaria.Frutos secos como snack: Considera los frutos secos un snack saludable y no mide la cantidad que consume. Mientras trabaja o está en casa, suele comer varias porciones al día. Al revisar su ingesta, se estima que consume alrededor de 150 g de frutos secos diariamente, lo que equivale a unas 900 calorías.Diagnóstico:El verdadero obstáculo para su pérdida de peso no residía en los alimentos que comía, sino en las calorías ocultas que estaba ingiriendo sin darse cuenta. La suma de estos tres alimentos (queso, aceite de oliva y frutos secos) le estaba aportando aproximadamente 2000 calorías adicionales al día, lo cual estaba impidiendo que lograra un déficit calórico.Plan de acción:La nutricionista recomendó lo siguiente:Reducir considerablemente la cantidad de queso y optar por versiones bajas en grasa, o usarlo en menor cantidad como complemento en lugar de ingrediente principal.Limitar el uso de aceite de oliva a 2 cucharadas diarias, utilizando un medidor o un spray para controlar mejor la cantidad.Moderar el consumo de frutos secos, restringiendo su ingesta a una porción controlada al día, y buscar alternativas menos calóricas si siente hambre entre comidas.Resultado:Al aplicar estos cambios, la paciente comenzó a notar una pérdida de peso constante. En las seis semanas siguientes, perdió 4 kilos sin realizar modificaciones drásticas adicionales a su dieta o rutina de ejercicio.Este caso demuestra cómo alimentos considerados saludables pueden agregar calorías de manera significativa si no se controlan las porciones, y cómo hacer ajustes en estos pequeños detalles puede marcar una gran diferencia en el proceso de pérdida de peso.Conviértete en un seguidor de este podcast: https://www.spreaker.com/podcast/comiendo-con-maria-nutricion--2497272/support.

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